Sunday, May 11, 2008

Tengo la sensación...

Tengo la sensación de que, si alguien me leyera, pensaría que soy una persona triste. No me considero así, pero es cierto que sólo me acerco por estos lares en los momentos en los que me siento más pequeña e inconsistente, por no decir inexistente... Y evidentemente, esta es otra de esas épocas...

Lo que me sorprende repasando lo poco que escribo, es que tengo temporadas grises con cierta frecuencia, y supongo que eso no es bueno, aunque se pueda buscar la ventaja de la perspectiva a la hora de comparar con los buenos tiempos...

Lo malo del ser humano es tener que relacionarse con él. Es así de fácil, y es eso lo que crea todos los problemas del mundo. Pero por otro lado tiene una parte fascinante a la que me es imposible resistirme. De ahí el haber elegido este trabajo. Aunque no sea el más objetivo a la hora de acercarse a alguien, por la situación de infinita vulnerabilidad...

Creo que eso es lo que me gusta, aunque suene cruel. El saber que la gente es vulnerable, de una u otra manera. Todos somos débiles. Todos necesitamos algo, o a alguien... En el fondo nadie es grande y nadie es pequeño, aunque en ocasiones yo me sienta microscópica al lado de lo que me rodea... Todos crecemos y encogemos todo el tiempo, pero yo sólo me doy cuenta de cuando soy muy, muy pequeña...

Y sí, ahora soy muy muy diminuta; tan minúscula que podría estar viviendo a tu lado, observándote, y tú ni siquiera serías consciente de mi respiración ni de mi existencia... De hecho eso es lo que pasa en este momento... Todo el mundo tiene demasiados problemas. Demasiadas cosas en la cabeza. Y el hecho de que yo nunca cuente lo que me preocupe, hace que necesite horas y horas para poder desahogarme... Y ahora no hay nadie que pueda ofrecerme tantas horas de paciencia... Y lo necesito, de alguna manera, necesito salir del ahora... Y no sé como...

Me siento incómoda dentro de mi piel. Agitada. Agobiada. Desorientada. Sin ninguna idea de hacia dónde, de cuándo, de cómo, ni de cuando parar... De cuando decir "hasta aquí hemos llegado"...

Las situaciones se estiran... Se alargan... Y no reuno fuerzas para terminar con nada y con todo al mismo tiempo... Y entonces vengo aquí a hablar contigo... Con una pantalla blanca infinita, que soporta todo lo que diga... Todo el tiempo que necesite a mis pies... Y sigo sin ser capaz de decir nada...

Ahora lo único que realmente quiero es desnudarte y meterte en la cama; desnudarme y meterme en la cama. Abrazarte. Y que la vida se acabe así, de golpe, sin pensar, sin tiempo a nada más... Con esa sensación de cercanía. De que no estoy sola. De que no me has dejado sola, aunque haga días que no estás... Y aunque te he dicho que te necesito. Sigo sola. Esperando por tí. Porque lo necesito... Al menos ahora mismo, es lo que necesito... Menos mal que mañana vuelvo a trabajar otras 28 horas seguidas... Así no tendré fuerzas para pensar en nada hasta el miércoles...