Silencios...

Silencios... Seguimos en silencio... Y ya no sé si da más miedo el silencio o las palabras, porque me ronda una pregunta que pretendes hacerme, y tal vez sea más peligrosa que su silencio... Porque sabes mi respuesta... Porque sabes que le amé, y te lo dije... Y peor aún... Se lo dije... Pero tarde...

Hoy por hoy sigue siendo tarde, y además, irrelevante...
Porque ya no somos lo que fuimos... Porque ya no somos...
Ni tú, ni yo, ni él...
Ya nada es como fue, ni como debería ser... Y ya no sé si debía ser así...

Seguimos viviendo en un sitio demasiado pequeño, aunque vosotros ya no estéis aquí. Seguimos... bueno, sigo viviendo en un sitio en el que las esquinas siguen oliendo como lo hacían, donde los escondites son los mismos, y donde el frío te cala hasta los huesos, ahora que no estás conmigo para secar mi cara de la lluvia y decirme que todo está bien, que lo vamos haciendo bien...

El mundo nos hizo elegir... a tí, a mí... y nunca nos elegimos... por no hacer daño... por no hacernos daño... y no se a tí, pero a mí aún me duele... Y me da miedo que duela... Porque ya ni sé si duele o sólo es una cicatriz lo que tocan mis manos...

En tú infierno ya no hay sitio para dos... en mi infierno, cada vez cabe más gente... en tus sueños, tienes un hada distinta... Y este hada perdió sus alas, porque no quiere volar... pero en mis sueños, a veces, sin saber por qué, me elevas del suelo... porque me sonríes de nuevo...